Diseño para la sostenibilidad: creación de soluciones de plástico reciclable

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  • noviembre 24, 2020
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La demanda de productos y empaques respetuosos con el medioambiente por parte de los consumidores está creciendo, una tendencia que ha llegado a denominarse «la guerra contra el plástico». Sin embargo, se están desestimando las numerosas ventajas de los empaques plásticos e ignorando el hecho de que, con el enfoque adecuado de selección de materiales, diseño y vida útil, el plástico puede ser uno de los materiales empleados en los envases que más respetan el medioambiente.

En Domino, somos conscientes de que cambiar el modo de embalar un producto conlleva sus riesgos y que, para muchos fabricantes, el plástico es la única solución de empaque viable, desde el punto de vista tanto práctico como ambiental. Por lo tanto, para continuar nuestra anterior publicación sobre las características sostenibles de las latas, en este artículo hablamos con Brian Lodge, director de diseño de Berry Global, acerca del diseño para la sostenibilidad y del uso eficaz de los plásticos.

Si te estás replanteando el diseño y el ciclo de vida del embalaje de tus productos, esperamos que encuentres útil esta información. Además, en calidad de líder del sector de la codificación y el marcaje, nos gustaría ayudarte a minimizar algunos de los riesgos implícitos en el diseño en pro de la sostenibilidad.

La guerra contra el plástico

En los años 1940, cuando los embalajes de plástico se abrieron paso por primera vez hasta los supermercados, eran valorados por sus numerosos beneficios: el poco peso, el precio bajo y las excelentes propiedades barrera. Este material permitía el procesamiento, embalaje y transporte de los alimentos con facilidad, lo que incrementaba la variedad de productos disponibles para la población general. Los beneficios de los empaques de plástico eran innumerables. Sin embargo, basta dar un salto hasta la actualidad para ver que las percepciones de los consumidores sobre los plásticos y su uso han cambiado muchísimo.

Hoy en día, los problemas con el reciclaje y la eliminación de los embalajes de plástico han dado lugar a imágenes frecuentes de ballenas envueltas en redes de pesca, tortugas marinas enredadas en bolsas de plástico o islas remotas contaminadas con restos de plástico. Por eso, muchas marcas enfrentan cada vez mayor presión por parte de los medios de comunicación para que retiren los embalajes de plástico y exploren opciones que, a juicio de los consumidores, son más respetuosas con el medioambiente.

¿Pero el evitar los embalajes de plástico es realmente la solución?

El código de la impresora de inyección de tinta continua negra en las botellas de plástico de jugo de naranja, incluyendo la fecha de caducidad

El riesgo del cambio

Si en la actualidad usas el plástico como material de embalaje, cambiarlo puede ser problemático desde el punto de vista tanto práctico como ambiental.

«En Berry, hablamos con mucha gente que ha investigado en profundidad materiales alternativos de embalaje y que se encuentran sometidos a una gran presión para abandonar los plásticos a pesar de no existir una opción adecuada para su producto», afirma Brian Lodge, director de diseño de Berry Global. «Lo fácil es culpar a un material, pero el plástico no es el único problema, y una prohibición absoluta de los plásticos solamente supondría trasladar el problema a otro terreno».

Este mismo año, un grupo multipartido del parlamento del Reino Unido advirtió que la presión ejercida por los consumidores para poner fin a los envases de plástico en las tiendas sí que podría estar perjudicando el medioambiente, ya que numerosos materiales que se consideran más sostenibles en realidad generan una huella ambiental más perjudicial. Por ejemplo, el vidrio, aunque se puede reciclar por completo fácilmente, pesa mucho más que el plástico y, por consiguiente, su transporte es más contaminante.

Desde un punto de vista práctico, cambiar la manera de embalar un producto también puede conllevar grandes riesgos para los fabricantes. Hasta los cambios leves pueden tener un efecto dominó en los procesos de producción. Un aspecto que a menudo se pasa por alto es el de garantizar que los nuevos materiales se puedan codificar de forma confiable y legible, y que incorporen códigos de lectura mecánica o humana que perduren durante la vida útil de un producto sin que su reciclabilidad se vea afectada.

¿Estamos perdiendo de vista los beneficios de los envases de plástico?

Cualquier intento de comprender y solucionar el problema del plástico debe examinar los beneficios de los envases de plástico así como sus inconvenientes. En Europa solamente, se produjeron 24.7 millones de toneladas de envases de plástico en 2018 [1]. El motivo de esta cifra tan alta es que los plásticos ofrecen ventajas incomparables como material de envasado.

Ventajas de los envases de plástico

  • El plástico es ligero —una botella de PET de 750 ml de Garcon Wines pesa tan solo 63 gramos—, un 87 % menos que una botella de vino blanco [2], con lo que se reducen los gastos de transporte y se aumenta la capacidad de uso por parte del cliente.
  • El plástico hace un uso eficiente de los recursos; la producción de plástico virgen utiliza aproximadamente la mitad de energía que los materiales alternativos [3], y, a pesar de ser un subproducto de la industria petrolera, utiliza solamente un 4 % de la producción mundial de petróleo [4].
  • La producción de plástico es económica, lo que permite envasar y distribuir los productos sin que esto represente un costo significativo para el consumidor. En partes del Sudeste Asiático, los sobres de un solo uso para las compras diarias permiten a las personas con bajos ingresos acceder a diario a los productos básicos para el hogar, entre ellos, jabón, shampoo y pasta de dientes.
  • El plástico es un excelente material barrera; el uso de plásticos para embalar alimentos puede ampliar la vida útil durante el transporte y el almacenamiento, lo que ayuda a disminuir los desperdicios alimentarios.

La última de estas cuestiones quizá sea la más importante al considerar las ventajas de los embalajes de plástico. A nivel mundial, las emisiones que provocan los desperdicios alimentarios contribuyen con 3.3 gigatoneladas de dióxido de carbono al año; si los desperdicios alimentarios fueran un país, sería el tercer mayor emisor por detrás de China y Estados Unidos [5].

Las cadenas mundiales de suministro de alimentos son redes complejas, en las que los alimentos frescos recorren grandes distancias y pasan por muchas manos antes de llegar al consumidor. La ampliación de la vida útil y la protección del alimento durante el transporte son, por consiguiente, imperativas, por eso se invierte tanto en la selección de materiales y en el diseño de los embalajes.

El uso de una cantidad muy pequeña de plástico es útil para ampliar la vida útil de los alimentos frescos, algo que reduce las emisiones generales producidas a partir de los desperdicios. Los estudios han demostrado que tan solo 1.5 g de embalaje de plástico puede ampliar la vida útil de un pepino 11 días y de un filete 10 días, mientras que el uso de bolsas de plástico puede proteger los productos sueltos, como las patatas, para reducir los desperdicios en hasta dos tercios [6].

Hoy en día, los embalajes de plástico están profundamente arraigados en las cadenas de suministro globalizadas de alimentos, bebidas y productos domésticos y de consumo similares. El financiamiento, la obtención y la implantación de alternativas viables sin dejar de atender la demanda de los consumidores son una tarea excepcionalmente compleja. Como resultado, la demanda de plástico sigue creciendo a una velocidad que podría suponer un aumento mundial de los volúmenes de residuos de plástico de 260 millones de toneladas en 2016 a 460 millones de toneladas en 2030 [7].

El código de la impresora Blue cij en el envase transparente del pan, incluyendo la fecha de caducidad

Fomento de una economía circular para el reciclaje de los envases de plástico

Para abordar adecuadamente esta cuestión, es preciso tener muy en cuenta el diseño, el uso, la eliminación y la recolección de los plásticos. Mundialmente, los niveles de reciclado de plástico son excepcionalmente bajos —se calcula que, en 2015, se recicló solamente el 20 % de todos los residuos de plástico [8] – pero, si la demanda de plásticos está creciendo, los plásticos que acaban su vida útil deberían considerarse un recurso, no un residuo. Deben tomarse medidas para garantizar que recolectamos, recuperamos y reutilizamos todos los plásticos al final de su vida útil en lugar de dejarlos que se acumulen en vertederos o en el medioambiente natural.

En 2018, la Fundación Ellen MacArthur —en colaboración con el Programa de la ONU para el Medio Ambiente— lanzó su compromiso mundial por la Nueva Economía del Plástico para animar a las marcas y las organizaciones a que colaboraran para formar una «economía circular» para los plásticos. El compromiso reúne a las principales partes interesadas de más de 400 organizaciones, entre ellas Nestlé, PepsiCo, Unilever, Veolia y Walmart, para replantear y rediseñar por completo el futuro de los plásticos.

Además, la industria petroquímica de todo el mundo se esfuerza por apoyar la adopción de una economía circular. A tal fin, se está trabajando en aumentar la calidad de los plásticos reciclados después de su consumo, y se está investigando el reciclado químico. Al contrario que en el caso del reciclado mecánico, donde el plástico se derrite y se reforma, el reciclado químico consiste en devolver los polímeros de plástico a su materia prima original. Para muchos, el reciclado químico es un factor clave para cerrar por completo el círculo de la cadena del plástico.

«El reciclado químico es un factor importante en la reutilización de materiales valiosos y en la conservación de más plásticos en la cadena de valor, pero la tecnología sigue en una etapa incipiente», afirma Lodge. «Por lo tanto, al reciclado mecánico aún le queda mucho por hacer; de todas formas, independientemente de la tecnología, necesitamos trabajar con miras a que entre en el sistema un buen flujo de plásticos puros para que podamos obtener un buen flujo de salida». 

¿Cómo puedo mejorar la sostenibilidad del envase de mi producto?

La adopción de una economía circular para los plásticos exige grandes esfuerzos y la cooperación entre los gobiernos y las empresas principales de la industria del plástico con el fin de normalizar materiales y sistemas de reciclaje. Esto no solo abarca a productores y recicladores de plástico, sino también a los propietarios de marcas, fabricantes y minoristas.

Si participas en el diseño del envase de un producto, puedes adoptar varias medidas fundamentales que te permitirán mejorar las credenciales de sostenibilidad de tu empresa y te ayudarán a abordar el problema de los residuos de plástico:

1.Evaluar los componentes del embalaje

¿Puedes hacer cambios en el embalaje para usar menos material, eliminar componentes innecesarios o aumentar sus propiedades de reciclabilidad sin poner en peligro la integridad del producto?

«El exceso de embalaje es un aspecto a tener en cuenta; el diseño de embalajes que utilizan demasiadas capas y demasiados componentes supone un problema», señala Lodge. «Nuestro enfoque es aligerar el material hasta el punto de que siga haciendo su trabajo, pero sin las partes innecesarias».

Los embalajes fabricados a partir de varios componentes pueden ocasionar problemas a la hora del reciclado, en particular cuando los componentes no reciclables están muy unidos a los materiales reciclables, lo que dificulta a los consumidores quitarlos y, por consiguiente, se contaminan los flujos de reciclado. Entre los componentes problemáticos figuran las válvulas de silicona y los cierres metálicos de las botellas de PET, las tapas de película que no se pueden quitar y las etiquetas que cubren más del 60 % de la superficie de un sustrato [9].

«La eliminación del plástico innecesario también es una buena opción siempre y cuando la alternativa no tenga mayor impacto ambiental y funcione con la misma eficacia», dice Lodge. «Cabe recordar que todos los materiales de embalaje generan una huella ambiental, así que un simple cambio de material no es la solución».

2. Adoptar un enfoque de ciclo de vida al diseñar el embalaje

Aparte de lo fácil que sea reciclar un embalaje, hay otros factores a tener en cuenta en relación con el embalaje de productos, por ejemplo, las emisiones de carbono que se producen durante la creación del material original. Para elegir la mejor opción, considera adoptar un enfoque de ciclo de vida al diseñar el embalaje para dar con la mejor solución posible.

Hoy en día, existen muchas herramientas y consultorías de análisis del ciclo de vida que ayudan a determinar el impacto ambiental que tienen las distintas opciones de embalaje.

«No cabe duda de que un enfoque de ciclo de vida es la opción adecuada a la hora de diseñar embalajes; la cuestión es decidirse por un enfoque en cuestión», declara Lodge. «Existen muchas herramientas diferentes, y cada industria tendrá distintas medidas que quieran comparar».

Antes de decidirte por una herramienta, es preciso tener claros los procesos del ciclo de vida del producto que se quieren incluir en el análisis del ciclo de vida. También es importante tener en mente que las distintas herramientas emplean medidas diferentes, por lo que pueden producir resultados que difieran levemente. La clave es ser coherente y garantizar que se realizan avances en los aspectos que más le preocupan a tu empresa.

3. Pensar en ahorrar espacio

El ahorro de espacio es crucial en el diseño del producto y la sostenibilidad, ya que los costes del transporte contribuyen significativamente a la huella ambiental general de un producto.

El diseño de productos que se puedan apilar de manera fácil y eficaz, la eliminación de componentes innecesarios y la reducción del peso de los embalajes son todos factores que de algún modo ayudan en este sentido. El ahorro de espacio también puede contribuir a reducir los gastos del transporte de los embalajes vacíos —por ejemplo, los films de plástico flexibles y reciclables como el polipropileno de orientación biaxial (BOPP) necesitan mucho menos plástico que las aplicaciones de soplado en molde tradicionales, y se pueden entregar en una planta de rellenado con un formato de rollos, lo que disminuye los gastos de transporte generales.

«Al diseñar productos con la cadena logística en mente, se puede ahorrar una gran cantidad de esfuerzo y energía», afirma Lodge. «Hay que usar la cadena logística de la mejor manera. Cuanto más producto quepa en un camión, menos huella de carbono se genera. En Berry Global, nos marcamos el objetivo de usar el 95 % del palé cuando diseñamos nuestros productos».

4. Aumentar el contenido reciclado después de su consumo cuando sea posible

El fin último de la economía circular es acercarse al uso de 100 % de contenido reciclado, aunque la industria del plástico aún está lejos de conseguir esta cifra en la práctica.

Las restricciones sobre el uso de contenido reciclado después de su consumo en materiales en contacto con alimentos, las limitaciones de las propiedades físicas de los polímeros reciclados y las cuestiones de contaminación de materiales durante el uso y el reciclado son todos obstáculos para conseguir el 100 % de contenido reciclado. Sin embargo, es posible añadir un grado de plástico reciclado.

«Con el reciclado mecánico de los plásticos, la contaminación es un problema; esto significa que el plástico reciclado después de su consumo es generalmente más oscuro que los materiales vírgenes, y tampoco es de la misma calidad», señala Lodge. «Es preciso tener una combinación de materiales vírgenes y de contenido reciclado después de su consumo para que sea viable desde el punto de vista del embalaje».

Cada vez más, el contenido reciclado después de su consumo es una de las principales maneras de demostrar el compromiso de tu marca con los plásticos sostenibles. Pero tiene un precio; el material reciclado después de su consumo es más caro que los materiales vírgenes, simplemente porque escasea y tiene una gran demanda.

5. Diseñar para facilitar el reciclado

En teoría, todos los plásticos son reciclables, pero, en la práctica, debido a las limitaciones de las plantas de reciclado y a los problemas con la separación de materiales de varias capas, muy pocos lo son realmente. Al diseñar productos teniendo en mente la reciclabilidad, puedes contribuir a que los materiales del embalaje de tus producto permanezcan en el flujo de recursos. 

Hay que seguir tres normas básicas al diseñar para facilitar el reciclaje:

  • Utilizar monomateriales. Los plásticos de varias capas son difíciles de reciclar, y la mayoría de los programas de reciclado doméstico no los recuperan.
  • Utilizar plásticos naturales en lugar de plásticos de colores. La adición de color ocasiona envejecimiento en el flujo de reciclado; el plástico de color también tiene un menor precio de reventa y, por consiguiente, es menos atractivo para los servicios de reciclado comercial.
  • Utilizar materiales cuyo reciclado está generalizado, como el PET, polietileno y polipropileno, en lugar de elementos que se reciclan menos, como el poliestireno, PVC y ABS.

    La creación de un flujo puro de residuos de plástico para el reciclado mejorará la calidad general del material reciclado después de su consumo, lo que significa que las empresas podrán utilizar un mayor porcentaje de dicho material en sus productos nuevos. También incrementará el volumen de material reciclado empleado para generar productos nuevos, lo cual disminuirá el costo del contenido reciclado.

El código de la impresora de inyección de tinta continua negra en la tapa de plástico de una tina de helado, incluyendo la fecha de caducidad

Domino está aquí para ayudarte

Algunos o no pueden o no quieren abandonar los plásticos; lo bueno es que los embalajes de plástico pueden seguir formando parte de la agenda en materia de sostenibilidad. Si utilizas actualmente plástico como material de embalaje, es importante conocer las opciones disponibles para tu empresa y determinar la solución adecuada con arreglo a tus necesidades individuales.

En calidad de líder del sector en el campo de la codificación y el marcaje, trabajamos para minimizar algunos de los riesgos implícitos en el diseño en pro de la sostenibilidad, mediante el desarrollo de soluciones de codificación láser y de tinta para diversas soluciones nuevas de embalaje, entre ellas los envases de plástico reciclados, reciclables y ecológicos.

En la Academia de Láser de Domino en Alemania, nuestros especialistas técnicos trabajan para desarrollar soluciones para nuevos plásticos ligeros y de una sola capa, mediante el análisis de sustratos a nivel molecular. Un buen ejemplo de esto es el desarrollo de un tubo de láser «azul» con una longitud de onda de 9.3 μm para codificar con seguridad materiales PET, ligeros, reciclables, de origen vegetal y no biodegradables.

Del mismo modo, nuestros equipos internos de desarrollo de tintas y preventas internacionales han desarrollado una gama de soluciones de tinta para las películas de plástico reciclables de una sola capa fabricados en polietileno y polipropileno, incluido el film de BOPP para su uso en embalajes de alimentos.

Es probable que sigan produciéndose avances en los embalajes de plástico nuevos y mejorados durante varios años más. Como tal, en Domino seguiremos atentos a estas tendencias y actuaremos con tecnologías innovadoras que garanticen soluciones de codificación óptimas capaces de adaptarse a los sustratos más novedosos.

Independientemente de dónde te encuentres en tu trayectoria hacia la sostenibilidad, Domino está aquí para ayudarte, con expertos que te asesorarán sobre la mejor forma de fabricar productos que puedan aceptar los minoristas, que sean valorados por los consumidores y que susciten confianza para todos aquellos que se preocupan por el medioambiente.

[1] Plastics Europe, «Plastics – the Facts 2019 An analysis of European plastics production, demand and waste data», consultado el 3 de enero de 2020. https://www.plasticseurope.org/application/files/1115/7236/4388/FINAL_web_version_Plastics_the_facts2019_14102019.pdf
[2] Garcon Wines, «The Eco Flat Wine Bottle», consultado el 2 de enero de 2020.  https://www.garconwines.com/packaging-solutions/eco-flat-wine-bottle
[3] Pilz, H., Brandt, B., y Fehringer, R., «The impact of plastics on life cycle energy consumption and greenhouse gas emissions in Europe», consultado el 2 de enero de 2020. https://www.plasticseurope.org/application/files/9015/1310/4686/september-2010-the-impact-of-plastic.pdf
[4] British Plastics Federation, «Sustainability of Plastics», consultado el 2 de enero de 2020.  https://www.bpf.co.uk/Sustainability/sustainability-of-plastics.aspx
[5] Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, «Food wastage footprint & climate change», consultado el 17 de febrero de 2020. http://www.fao.org/3/a-bb144e.pdf
[6] British Plastics Federation, «Plastic Packaging Frequently Asked Questions», consultado el 17 de febrero de 2020. https://www.bpf.co.uk/media/download.aspx?MediaId=3112
[7] McKinsey and Company, «How plastics-waste recycling could transform the chemical industry», consultado el 2 de enero de 2020. https://www.mckinsey.com/industries/chemicals/our-insights/how-plastics-waste-recycling-could-transform-the-chemical-industry
[8] Geyer, R., Jambeck, J. R., y Law, K. L., «Production, use, and fate of all plastics ever made», Science Advances, 3, n.º 7, e1700782, 2017.
[9] WRAP, «Rigid Plastic Packaging – Design Tips for Recycling», consultado el 2 de enero de 2020.  https://www.wrap.org.uk/sites/files/wrap/Design%20tips%20for%20making%20rigid%20plastic%20packaging%20more%20recyclable.pdf

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